“Hace dos meses que desperté”

Julieta, una de lxs tantas víctimas del cura violador Ricardo Jiménez, contó la sensación de haber participado del escrache público que tanto esperó, junto a diversas organizaciones sociales feministas y de derechos humanos. Julieta tenía diez años cuando el cura abusó de ella en unos campamentos para chicxs que él mismo organizaba en los años 80. Con el paso del tiempo y de manera impune, Jiménez fue sumando víctimas. Denunciado a mediados de los 90, recibió la protección del poder eclesiástico y judicial. Hoy sigue en libertad viviendo en Los Hornos y dando misa en el San Juan de Dios. Por eso, si no hay justicia, ¡hay escrache!

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