Poco tiempo después de la condena a 10 años de prisión para el policía bonaerense Diego Torales por las torturas cometidas a Luciano Arruga durante una detención en 2008, la madrugada del 7 de Junio, desconocidos incendiaron el auto de Vanesa Orieta, hermana del joven asesinado y desaparecido por dicha fuerza.
Radionauta dialogó con Matías Bregante, de Familiares y Amigos de Luciano Arruga, quien comentó que en un principio decidieron “poner paños fríos y dejar correr algunos días para ver qué respuesta teníamos desde la justicia o desde el orden político” pero al no tener respuestas, hoy se ven obligados a sacarlo a la luz debido a toda una serie de amenazas que vienen recibiendo este último tiempo.
Mientras dormían Vanesa y su compañero, fueron alertados del incendio por sus vecinos. Los bomberos ratificaron que se trata de un acto intencional: se da a un mes de la condena a Torales. El hecho se suma a una serie de amenazas que familiares y quienes participan de la causa han venido recibiendo desde que comenzaron a buscar a Luciano Arruga. “Lamentablemente la única manera que tenemos de protegernos es esta, que se sepa que se está actuando de esta manera” explicó Bregante, dado que no tienen ninguna garantía por parte de las instituciones. “El Estado no está preparado, es parte del problema y no tiene ningún protocolo. Es como alguna vez en el Ministerio de Justicia le dijeron a la familia de Luciano: la seguridad se negocia. Nosotros no negociamos nada, no vamos a negociar la lucha de Luciano ni la búsqueda por verdad y justicia.”
Mientras tanto el abogado defensor del policía, apeló la sentencia y pidió la nulidad del juicio. Ante eso, Bregante explicó que están de acuerdo con que disponga de ese derecho judicial, pese a que Luciano no dispuso de ninguno. “Nosotros haremos las presentaciones correspondientes para pedir que se ratifique y se dé por firme la sentencia”.
En cuanto a las fuerzas de seguridad, reflexionó que “se necesita un cambio profundo, de raíz y sobre todo de formación. Claramente que la instrucción sea por parte de la misma fuerza hace que sea un problema endémico, que se pasa de generación en generación”. A esto se suma que muchos de los efectivos acusados son reubicados en lugar de sufrir condenas: “evidentemente no hay voluntad política de que eso cambie, porque son las herramientas de control en los barrios” finalizó.
Descargar audio