20 años de la Masacre de Avellaneda: “Está en nosotros organizarnos para que estas cosas no pasen, no terminemos acostumbrándonos”.

En Primera Maraña, conversamos con Leo Santillán, hermano de Darío, acerca de estos 20 años de justicia por la Masacre del Puente Pueyrredón y sobre las jornadas del 25 y el 26 en la estación Darío y Maxi. “Estamos bastante movilizados, pero bien plantados con la consigna bien clara de que hay que hacer justicia para nuestros compañeros, que los responsables políticos tienen que pagar”, nos decía Leo. “Aníbal Fernández como ministro de Seguridad es una ofensa. Los asesinos de ayer, no pueden ser los salvadores de hoy”, agregó.

La Comisión Independiente de Justicia por Darío y Maxi es el espacio que hace años viene sosteniendo el reclamo de que se juzguen las responsabilidades intelectuales de la Masacre, más allá de la condena a Fanchiotti y Acosta, los autores materiales de los asesinatos. “Es un trabajo que fuimos haciendo con los años, con compañeros, con organizaciones, para llevar adelante el juicio a los responsables políticos y también el señarlos en la calle, que haya una condena social”, comentaba Leo.

“Creo que este año el puente va a reventar”, señalaba en relación a la masividad de la convocatorio tanto para la Jornada Cultural del 25, como la de la movilización del 26 de junio. “Son 20 años, pero no es el número redondo lo que importa, sino lo que pasa en el país. El gobierno ha firmado un acuerdo con el FMI que nos recuerda al 2001, a cómo el Fondo presionaba al gobierno de Duhalde, y sabemos cómo terminó eso. La situación económica nos está llevando a situaciones extremas y este gobierno sigue beneficiando a los sectores más pudientes de la sociedad, mientras los sectores populares seguimos sufriendo una inflación galopante día a día. Si no fuese por las organizaciones sociales, no sé dónde estaríamos”, planteó Leo acerca del contexto político de este nuevo aniversario, marcado también por ataques mediáticos y políticos al movimiento piquetero.

El reclamo de justicia por Darío y Maxi, acercó a la familia Santillán a otras familias víctimas de la represión policial e institucional en los barrios populares. “Uno fue aprendiendo, con el tiempo, que esto no tiene que ver sólo con lo que pasó con Darío y Maxi. Sino que hay muchas injusticias, casos de gatillo fácil, causas armadas. Por suerte, esas familias pueden organizarse, tomar esas herramientas de lucha para reclamar justicia”, señalaba Leo. “Entender el ejemplo de Darío y Maxi es en los barrios construyendo pero parados donde tenemos que estar, que es con los que sufren estas injusticias”.

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