“No en nuestro nombre”

En Primera Maraña, programa coproducido por Radionauta y Pulso Noticias, conversamos con Luciana Guerra, docente y lesbiana feminista, a raíz de la difusión de un comunicado donde se critica la defensa de sectores gremiales de Lucas Puig, docente condenado a 35 años de prisión por abuso sexual infantil.

Lucas Puig fue condenado por Tribunal Oral Federal N°1 de La Plata al ser encontrado culpable por el abuso de, al menos, dos alumnos que por entonces tenían 3 y 4 años. 

“Esta condena es valiosísima porque, a pesar de que es tardía, de que pasaron 12 años, se logró que les crean al chico y a la chica y consiguieron un poco de justicia (…). Esto lleva mucho tiempo, lamentablemente hace 12 años se empezó todo este proceso en el que aparecen las voces de este niño y esta niña expresando las situaciones de violencia sexual que habían vivido en el jardín, perteneciente a la Iglesia Católica. En ese momento, no se llegó a una condena. Fue una decisión dividida, por el beneficio de la duda, dos jueces lo absolvieron y una jueza lo consideraba culpable. No se dudaba de que los abusos habían existido porque hubo Cámara Gesel pero, por una cuestión temporal (no se sabía en qué tiempo habían sucedido esos abusos) es que apelaron al beneficio de la duda”, repasó Luciana Guerra.

Y se pregunta cómo surge la defensa de este acusado de abuso sexual: “En ese momento, surgió por parte de sectores gremiales docentes un apoyo de certeza absoluta a Lucas Puig. Las familias siguieron luchando. ¿Por qué se hace una movilización en defensa de un condenado por abuso sexual infantil? En ese momento, en el 2010, hubo un caso muy mediático, el caso de General Villegas, donde tres adultos abusaron de una niña de 14 años y se hizo una movilización en defensa de estos adultos, diciendo que ellos eran víctimas de la violación que habían perpretado, porque no se leía como un abuso. Obviamente, estigmatizando a la niña de 14 años. En ese mismo momento, irrumpe la defensa de algunos sectores gremiales de Lucas Puig”.

Luego del primer fallo dividido y del beneficio de la duda que evitó que se lo condene, se llegó a este nuevo proceso en el TOF N°1, donde nuevamente apareció la defensa corporativa de sectores del activismo gremial docente, incluso convocando medidas de fuerza en su apoyo.

“Esto culmina en este juicio porque se siguió apelando. Y antes de este nuevo juicio, los docentes y los gremios, algunos, hicieron una movilización que pasó por las casas de este niño y esta niña, que hoy son adolescentes. Eso es muy fuerte, muy revictimizante. Y tiene  que generarnos una reflexión sobre la cultura en que vivimos”, señaló Guerra. “Cuando se condena a Lucas, cuando se llega a este fallo que le da 35 años, se convoca a un paro y eso es lo que generó una enorme movilización en quienes nos disgustamos muchísimo. Que en nuestro nombre, como docentes, hagan un paro para defender a un abusador, a un pedófilo. Nos parecía importante que les llegue a esa madres protectoras, a ese niño y a esa niña, que no todos los docentes acompañamos a lo que llamamos el ‘paro de la vergüenza’. Consideramos que, como docentes, nuestro rol es restituir derechos, es acompañar a los niños y niñas. Por ley tenemos que hacer la denuncia, escuchar, primero escuchar, valorar las voces de los niños cuando cuentan situaciones de vulneración de derechos. Eso es lo que significa la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral. La ESI lo que hace es aprehender un proceso de aprendizaje y enseñanza para que niños, niñas y adolescentes aprendan a cuidarse, a defenderse, para que se les garantice el derecho a la libertad sexual, al placer sexual, a la autonomía sexual. 

Lo terrible es que este paro el mensaje que transmite es que los niños mienten”, concluyó Luciana Guerra.

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