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“El caso de Andrés Nuñez es una perfecta figura del sistema de encubrimiento a la maldita policía”

A casi 33 años de la desaparición y muerte de Andrés Nuñez, dialogamos con Daniel Satur. El periodista de La Izquierda Diario será uno de los disertantes en el conversatorio sobre periodismo y desapariciones durante la democracia, que se realizará mañana en el auditorio de la Comisión Provincial por la Memoria

Este jueves se cumplirán 33 años de la desaparición y muerte de Andrés Nuñez, se trata del primer desaparecido desde el retorno a la democracia. Andrés tenía 30 años, hacía arreglos de electrodomésticos y la madrugada del 28 de septiembre de 1990 policías de la Brigada de Investigaciones de La Plata allanaron su casa, de 119 y 78, con la excusa del robo de una bicicleta.

Lo llevaron a la sede policial de 61 entre 12 y 13 donde lo torturaron con “submarino seco” hasta la muerte. Luego condujeron su cuerpo a un campo en General Belgrano, la “Estancia El Roble”, donde lo incineraron dentro de un tanque Australiano. Cinco años después fueron encontrados sus restos. 

Mañana a las 18 hs se realizará un conversatorio sobre periodismo y desapariciones durante la democracia en el auditorio de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM). Allí estarán presentes Adriana Meyer, Pablo Morosi, Ximena Tordini y Daniel Satur, y contará con la moderación de Rosario Hasperué. En ese marco, dialogamos en la “Primera Maraña” con Satur, periodista de investigación y editor de la Izquierda Diario.

“Se puede decir que el caso de Andrés, como tantos otros, es una perfecta figura de lo que es la ‘maldita policía’, y más allá de lo que es la ‘maldita policía’, de lo que es el sistema de encubrimiento a la ‘maldita policía’. En esos años hacía muy poco que había terminado la dictadura, el aparato represivo del Estado bonaerense había quedado intacto, sacando algunos ‘emblemáticos’ genocidas como Miguel Etchecolatz o Camps, que cuando termina la dictadura se mandan a guardar, el grueso del aparato represivo continúa intacto. Recordemos que hace una semana se cumplió un nuevo aniversario de la desaparición de Julio López. Y cuando desaparece López el entonces ministro de Seguridad de la provincia, León Arslanián, dice que en la policía bonaerense todavía quedaban 9026 efectivos que estaban en funciones y provenían de la época de la dictadura, que en ese momento era un quinto de la fuerza. Eso era en el 2006, en 1990 nos podemos imaginar que eran muchos más”, manifestó Satur en el comienzo de la charla.

En la misma línea indicó que  “la causa de Andres Nuñez es una causa vigente por muchísimas razones”. “Una es que Pablo Jeréz, uno de los máximos responsables, sigue prófugo. Pero hay dos datos muy particulares de Pablo Jeréz. El apellido es Jeréz Duhalde, es hijo de una prima de Eduardo Duhalde. Duhalde asume como gobernador poco tiempo después, en 1991, pero lo cierto es que al momento de la desaparición se implementa una especie de entramado de encubrimiento que permite que parte de los asesinos se fuguen. Y lo que sucede es que por ese vínculo con Duhalde no queda otra que pensar que la familia Duhalde ha operado activamente para que a Jeréz no se lo encuentre nunca. Ese es un dato importante, es un sobrino del poder, además de que era un policía que tenía una gran incidencia en La Plata. Hasta el día de hoy Jeréz sigue apareciendo cada tanto en el expediente judicial presentando escritos a través de su abogado para pedir que se declare prescrito el delito del que se lo acusa. O sea que está en algún lado, pero el Estado no ha querido encontrarlo”, aseguró el periodista.

Por otro lado, afirmó que “la causa tiene todo el tiempo mensajes desde el Estado para mostrar que la vida de Andrés Núñez no es valorada, no lo valió en su momento, cuando desapareció, y tampoco ahora”. En ese sentido dijo: “Hace muy poquito tiempo volvió a la cárcel Jorge Alfredo González, que es otro de los que se había profugado, fue encontrado en el 2005 en Córdoba. Lo condenaron en 2010 a prisión perpetua y el año pasado le dieron el beneficio de la libertad condicional. La lucha de Mirna Gómez, que es la compañera de Andrés Núñez, una incansable luchadora desde hace 33 años, que siempre batalló junto a  organizaciones de Derecho Humanos, junto a la izquierda, junto a organizaciones sociales de la región, junto a la multisectorial de La Plata, esa lucha ha logrado que la libertad condicional que se le había dado a González durara relativamente poco y hace dos semanas volvió a la cárcel. Pero la señal, el mensaje está dado. Habiéndo estado 15 años prófugo, siendo condenado a cadena perpetua, aun con todo eso el poder judicial le da a este señor el beneficios de la libertad condicional”.

Por otra parte, consultado acerca de la continuidad de los resabios que las fuerzas de seguridad conservan de la dictadura y el paralelismo que se puede hacer con casos recientes como el de Facundo Astudillo Castro o Santiago Maldonado, Daniel Satur señaló: “Hay como una idea instalada de que desde 1983 para acá hay un sistema democrático, incluso ahora, en este contexto donde aparecen los Milei y compañía, hay una idea de que hay que defender la democracia frente a esa amenaza de la derecha y demás. Bueno, yo pondría un poco en cuestión qué ha significado esta democracia, y ni hablar si lo pensamos desde el punto de vista del bolsillo. En qué medida podemos hablar de una democracia constituida cuando al cabo de estos 40 años 6 de cada 10 chicos son pobres. Pero yendo al punto de la violencia del Estado y de esa herencia que se ha recibido de la dictadura, es una herencia que en muchos aspectos sigue vigente”.

Respecto a ello, detalló: “En 1990 pasa lo de Andrés, en 1993 pasa lo de Miguel Bru, para tener otro caso ‘emblemático’ de desaparición forzada de la policía bonaerense tendríamos que irnos al 2006 con Julio López, pero eso no quiere decir que no haya habido casos en el medio, pero sí son los casos que se han conocido. En el 2009 estuvo el caso de Luciano Arruga; en 2020 en el medio de la pandemia Facundo Astudillo Castro; Julio Cruz en Florencia Varela. Son todos casos de desapariciones forzadas, en algunos casos se han encontrado los cuerpos, en otros no. Y también está el caso de Santiago Maldonado, en la Patagonia en 2017; está en Río Negro, Daniel Solano, quien desaoparece en 2011; está trambién el caso de Luis Espinoza, en 2020 en Tucumán”. 

Hay una continuidad en cierto modus operandi, donde pocas veces se hace la pregunta ¿cómo puede ser posible? Incluso uno ve que los nuevos torturadores, desaparecedores, asesinos con uniforme, no tienen nada que ver generacionalmente con la dictadura, y sin embargo las prácticas se aplican igual”, subrayó. 

Asimismo, remarcó: “Tenemos el caso de Fabián Perroni, que fue alguien que estuvo en la Comisaría 9na, que torturó en los ‘90, incluso Rosa Bru ha dicho en entrevistas que seguramente Perroni sabe qué pasó con Miguel Bru, y en 2016 Perroni terminó siendo el jefe de la policía bonaerense, nombrado por la gobernadora María Eugenia Vidal. Es decir que ha hecho carrera dentro de la policía al punto de llegar al escalafón más alto para poder ser jefe de la policía. Entonces comprender ese entramado y ese esquema es muy importante para no pensar los casos en forma aislada y para preguntarnos ¿cómo puede ser esto así? y que no haya una reflexión profunda de la propia cabeza del Estado respecto a esto”. 

“La conclusión que uno saca es que todos pactan con la policía bonaerense en este caso, o con el resto de las policías y fuerzas a nivel nacional, y ese pacto es un pacto de gobernabilidad. En todos estos caso que nombramos la policía se siente empoderada para hacer de tu vida lo que se le canta, en los gobiernos de todo los colores políticos. Ese pacto de gobernabilidad quiere decir que ‘vos estás a mi servicio para cuando te necesite’, y esto es control social en las barriadas populares y represión cuando haya que reprimir un lucha social, una lucha obrera, una lucha por tierra y vivienda, o lo que fuera, y a cambio de eso ‘yo te perdono o te encubro todo lo que vos quieras hacer’”, sostuvo. 

Para finalizar aseveró: “Y eso está muy ligado al rol que tiene la bonaerense en el crimen organizado, es decir, narcotráfico, prostitución, juego clandestino, trata de personas, piratería del asfalto y miles de derivados más, que son adminsitrados por la boanerense, por funcionarios judiciales, por punteros, por funcionarios políticos y tambien por empresarios de la ilegalidad. La desaparición  forzada seguida de muerte es el extremo de ese muestrario de técnicas hay otras mucho más difundidas y menos denunciadas, como son los constantes hostigamientos y el gatillo fácil”.

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