Dentro de la Dirección de Educación bonaerense este organismo tiene roles fundamentales para el movimiento de la docencia y las escuelas. Denuncian el vaciamiento y las consecuencias que trae: “genera una situación crítica”, expresó uno de los profes que lo integra
Martín Leyes, docente de educación especial, dedicó años de su carrera a la Escuela 536 de Villa Elisa, trabajando con jóvenes con discapacidad. Sin embargo, su trayectoria tomó un giro significativo en agosto de 2023 cuando asumió el rol de “representante docente electo” en el Tribunal Descentralizado de la Región 1, bajo la Dirección General de Escuelas de Buenos Aires. Esta posición lo situó en el centro de una maquinaria burocrática que maneja los movimientos y reclamos de los docentes, una labor fundamental pero frecuentemente plagada de desafíos.
Desde su llegada al Tribunal, Martín se encontró con una realidad desalentadora: la falta crónica de recursos humanos. “La situación de falta de recursos humanos es abismal”, declaró en una entrevista completa con Radionauta. A pesar de que el estatuto establece elecciones trienales para elegir representantes, la última convocatoria fue en 2008. En respuesta a esta parálisis, Martín llevó sus reclamos al sindicato SUTEBA en La Plata, exigiendo elecciones inmediatas para cubrir los cargos vacantes.
Trámites inmensos para solo dos personas en una inmensa región: respuestas insuficientes y violencia
El esfuerzo de Martín no fue en vano. En diciembre del año pasado se asignó a una representante adicional que trabaja a su lado, y lo preside. Pero aún faltan dos representantes gremiales y dos designados por la Dirección General de Escuelas. Leyes denuncia que la omisión de elecciones y la consiguiente falta de personal ralentizan todas las acciones del Tribunal, desde la verificación de información hasta la resolución de reclamos. “Es mucha la información que debemos revisar y constatar y la verdad se hace imposible”, lamentó.
La Región 1 de La Plata, donde opera el Tribunal Descentralizado, abarca varios distritos: La Plata, Berisso, Ensenada, Punta Indio, Magdalena y Brandsen. Atender los reclamos de todos estos lugares con solo dos personas es una tarea titánica. Martín llevó esta problemática a SUTEBA y al Tribunal Central, pero las respuestas fueron insuficientes. SUTEBA argumentó que ellos no son la Dirección General de Escuelas y que solo pueden acompañar, mientras que el Tribunal Central minimizó el problema.
Además de la sobrecarga de trabajo, Martín y su colega enfrentan una situación de acoso y violencia por parte de un representante de la gestión anterior. Aunque llevaron esta denuncia al Tribunal Central, fue tratada como un “asunto doméstico”, sin las medidas necesarias para resolver el conflicto. “Es convivir con el enemigo, es muy complicado lo que estamos viviendo en el Tribunal”, expresó Martín. “Por eso es importante que se hagan las elecciones cada tres años porque este compañero de la gestión anterior cobra un sueldo muy importante pero no trabaja, solo genera problemas y la ataca a ella”.
La falta de recursos y personal no solo afecta la gestión diaria, sino también tareas específicas como el tratamiento de la Planta Orgánica Funcional (POF) y Planta Orgánica Funcional Analítica (POFA) para 2024, cruciales para determinar vacantes y organizar movimientos anuales docentes, reubicaciones y servicios provisorios. Leyes explicó que, debido a la escasez de personal, estos procesos se vuelven extremadamente difíciles de manejar.
Las consecuencias de la burocracia, la crisis general educativa y un problema enorme para les docentes
Martín Leyes es un militante de la educación pública, perteneciente a la agrupación Alternativa Docente del MST, partido de izquierda en el FITu. Su lucha incansable refleja no solo su compromiso con la educación, sino también su preocupación por la justicia y la transparencia en la gestión educativa. La falta de elecciones y la designación a dedo de representantes son para él señales alarmantes de un sistema en crisis.
En un contexto de ajustes económicos severos, Martín denuncia que las carencias en las escuelas, como la falta de gas, ventanas y calefacción, se reflejan también en el Tribunal. Las largas horas de trabajo, la sobrecarga laboral, la responsabilidad y la falta de respuesta de las autoridades aumentan la presión sobre los representantes y afectan su bienestar personal y familiar. “Esto en un momento va a explotar porque nosotros no somos máquinas”, advierte.
“Es la docencia la que está en este momento en una situación crítica”, concluyó Martín, llamando a una acción urgente para resolver esta crisis y garantizar un sistema educativo justo y eficiente.